Un aula organizada, sin ruidos externos y con normas claras de participación es fundamental. Minimizar interrupciones, mantener el contacto visual y evitar el uso innecesario de dispositivos electrónicos contribuye a que los estudiantes se centren plenamente en la escucha.
En nuestro colegio en Granada, trabajamos por mantener espacios que favorezcan el clima de atención y respeto mutuo.
Tomar notas no es copiar todo lo que dice el profesor, sino seleccionar lo relevante, resumir ideas clave y relacionarlas. Esto requiere escuchar atentamente, identificar lo importante y organizarlo mentalmente antes de escribir. Enseñar a los alumnos esta técnica mejora su escucha y comprensión.
Una práctica muy efectiva es pedir a los alumnos que reformulen lo que han entendido. Frases como “entonces, lo que estás diciendo es…” o “¿quieres decir que…?” ayudan a verificar la comprensión y mantener la atención. Además, favorecen el desarrollo del pensamiento lógico y del lenguaje.
Los proyectos en grupo, debates o actividades en parejas fomentan que los estudiantes se escuchen entre ellos. Para funcionar correctamente, deben atender al otro, procesar la información y responder con sentido. La práctica constante en dinámicas colaborativas refuerza esta competencia.
Intercalar pequeñas pausas durante una clase para que los estudiantes reflexionen, compartan ideas o resuman lo escuchado mantiene su atención y les anima a no desconectarse. Estas pausas se pueden usar también para hacer preguntas clave o conectar con experiencias personales.
Estas dinámicas lúdicas permiten trabajar la escucha desde la motivación. Al saber que tendrán que responder preguntas sobre lo explicado, los alumnos se mantienen atentos y desarrollan su capacidad para escuchar con intención.
En nuestro colegio bilingüe en Granada, este tipo de metodologías participativas son parte del día a día para lograr un aprendizaje significativo.
Los docentes también deben practicar la escucha activa con sus alumnos. Cuando un profesor escucha con atención, sin interrumpir, y responde con interés, enseña con el ejemplo. Esta actitud genera confianza, respeto mutuo y un entorno más participativo.
Cómo trabajamos la escucha activa en nuestro centro
En el Colegio Internacional de Granada utilizamos estrategias pedagógicas que fomentan el desarrollo de competencias comunicativas y sociales.
Desde actividades en inglés que exigen atención auditiva constante hasta dinámicas de trabajo cooperativo, juegos de roles o presentaciones orales, cada actividad está diseñada para que los alumnos aprendan a escuchar, comprender y responder de forma consciente.
Además, al ser un colegio bilingüe en Granada, el trabajo en dos lenguas refuerza de forma natural la escucha activa, ya que para comprender en una lengua extranjera es necesario atender con mayor concentración, interpretar significados y utilizar recursos contextuales.
Conclusión
La escucha activa es una habilidad que se entrena, y que tiene un impacto directo en el rendimiento académico, la convivencia en el aula y el desarrollo personal. Invertir tiempo en mejorar esta competencia desde pequeños es preparar a nuestros estudiantes para ser comunicadores eficaces, atentos y empáticos.
En nuestro colegio bilingüe en Granada, trabajamos día a día para que la escucha no sea solo una habilidad lingüística, sino una herramienta para aprender a vivir y convivir mejor.