Durante el curso escolar, los aprendizajes se asocian naturalmente con los libros, los horarios, los exámenes y las rutinas de clase. Pero cuando llega el verano, el escenario cambia: vacaciones, tiempo libre, juegos, viajes, naturaleza y actividades diferentes. Sin embargo, esto no significa que la educación se detenga. Todo lo contrario: el verano también educa, y lo hace de formas sorprendentes, profundas y transformadoras.
Desde el Colegio Internacional de Granada, creemos firmemente en una educación que va más allá de las aulas. Apostamos por el desarrollo integral del alumno, también fuera del entorno académico formal. Por eso, destacamos a continuación siete aprendizajes clave que los niños y jóvenes pueden adquirir durante los meses de verano, contribuyendo a su formación como personas curiosas, activas y conscientes del mundo que les rodea.
El tiempo libre permite a los alumnos practicar la autonomía de forma real. Desde elegir qué ropa ponerse, decidir a qué juego jugar o cómo organizar su día, hasta gestionar pequeñas responsabilidades en casa o durante un campamento, los niños aprenden a decidir por sí mismos. Esta capacidad de tomar decisiones y asumir consecuencias es esencial para su madurez y autoconfianza.
En el caso de los adolescentes, el verano es también una oportunidad para enfrentarse a nuevos entornos —como un intercambio en el extranjero o un campamento internacional— donde desarrollan su independencia en un entorno seguro y estimulante.
La naturaleza es una gran maestra. Estar al aire libre, observar el entorno, explorar playas, montañas o ríos, favorece el contacto con el medio ambiente y despierta una sensibilidad ecológica. Esta conexión con la naturaleza promueve además el bienestar físico y emocional.
En muchas actividades de verano organizadas desde nuestro instituto en Granada, fomentamos el respeto al entorno, la conciencia climática y el aprendizaje vivencial de temas relacionados con la sostenibilidad. Iniciativas como huertos escolares, salidas a espacios naturales o talleres de reciclaje son también una extensión educativa que trasciende los meses lectivos.
El verano es también una época ideal para reforzar los idiomas. Participar en un campamento bilingüe, viajar con la familia a otro país o convivir con otros niños en un entorno multicultural son experiencias que favorecen la adquisición natural de vocabulario, expresiones y estructuras lingüísticas.
Como escuela bilingüe en Granada, defendemos que los idiomas deben vivirse en contextos reales. Por eso animamos a las familias a buscar momentos del verano en los que sus hijos puedan hablar, escuchar, leer o incluso ver películas en inglés, disfrutando del idioma más allá del aula.
En verano hay más tiempo para compartir en familia, convivir con amigos o tener momentos de reflexión. Esto permite que los niños aprendan a identificar sus emociones, expresar lo que sienten, resolver conflictos o simplemente conocerse mejor.
También se enfrentan al reto de estructurar su tiempo sin una agenda estricta. Esto les ayuda a organizarse, planificar actividades o entender la diferencia entre ocio pasivo y ocio activo. Proponemos siempre aprovechar este periodo para cultivar tanto la dimensión emocional como la autorregulación del tiempo personal.
El juego libre —sin instrucciones ni reglas marcadas por adultos— es uno de los pilares del aprendizaje en la infancia. A través del juego, los niños ensayan roles sociales, inventan historias, diseñan estrategias, resuelven problemas y desarrollan la imaginación.
El verano, con su ritmo más pausado, es el escenario ideal para que los niños creen mundos nuevos, escriban cuentos, pinten, construyan cabañas o simplemente se aburran… y desde ese aburrimiento nazca la creatividad.
Sin prisas ni horarios escolares, es más sencillo introducir o reforzar hábitos saludables: desde desayunos más equilibrados hasta caminatas en la naturaleza, natación, descanso adecuado o desconexión de las pantallas.
También se pueden explorar nuevas formas de actividad física como senderismo, bicicleta, juegos tradicionales o deportes acuáticos. Como colegio en Granada, entendemos que estos hábitos repercuten positivamente en el rendimiento académico y en la salud emocional durante todo el año.
Cuando se elimina la evaluación como objetivo, los niños se atreven a explorar nuevas áreas sin miedo a equivocarse. Leer por placer, escribir un diario de verano, experimentar con recetas de cocina, visitar museos, descubrir insectos en el campo o preguntar por el nombre de las constelaciones que ven en el cielo: todo eso es aprender, sin necesidad de libros de texto.
Los meses estivales ofrecen la posibilidad de descubrir que el aprendizaje no está limitado al aula ni a una nota, sino que puede ser una fuente constante de entusiasmo y curiosidad.
El verano como parte del proyecto educativo
En el Colegio Internacional de Granada, defendemos una visión educativa global en la que los valores, los conocimientos y las habilidades se adquieren tanto dentro como fuera del aula. El verano es una etapa perfecta para poner en práctica lo aprendido durante el curso, pero también para abrirse al mundo desde otra mirada: más lúdica, experiencial y vivencial.
Como instituto bilingüe en Granada, nos esforzamos en diseñar actividades que potencien esta dimensión formativa también durante las vacaciones: desde recomendaciones de lectura hasta propuestas para practicar inglés en casa, pasando por programas de verano o estancias en el extranjero.
Por eso animamos a las familias a que miren el verano no solo como un tiempo de descanso, sino también como una oportunidad extraordinaria para seguir creciendo, compartiendo y aprendiendo.